A partir de la Segunda Guerra Mundial, las víctimas civiles superaron con creces a las militares. Desde entonces, los bombardeos masivos de poblaciones nos parecen escenarios habituales de las guerras. Desgraciadamente, Barcelona fue la primera ciudad en todo el mundo donde se experimentó con los bombardeos indiscriminados al margen de los objetivos militares. Era el nuevo modelo de guerra, camino a la guerra total. Bombardeos diseñados para conseguir la desmoralización de la población y forzar su rendición. Mussolini había declarado que la aviación podía ganar una guerra mediante el terror. Fue una experiencia demoledora que duró tres años. Cuando estalló la guerra, la República hizo una ofensiva para recuperar Mallorca, la cual fracasó. Y la isla se convirtió en una plataforma aeronaval desde la que se podía amenazar a la retaguardia republicana. Barcelona sufrió las consecuencias, desde entonces, la aviazione legionaría italiana estaba a pocas horas de la ciudad.
Bombardeos durante toda la Guerra Incivil Española
Barcelona había llegado al millón de habitantes y la población era eminentemente joven. El primer ataque se produjo el 13 de febrero de 1937. Hasta el final de la guerra se efectuaron 192 bombardeos.
Por aquel entonces no existía el radar, por lo que la población sólo disponía de pocos minutos para refugiarse. Los aviones se veían o se oían venir. Servía como alarma la actitud de los animales domésticos, perros, gallinas o palomas. De hecho, los aullidos de los perros eran el primer síntoma de que los aviones se acercaban. Entonces se oía por los altavoces un mensaje grabado: «¡Atención barceloneses!, hay peligro de bombardeo. Vaya con calma y serenidad a sus refugios. La Generalitat de Catalunya vela por vosotros».
Algunos llevaban criaturas en brazos, otros llevaban pequeñas pertenencias que querían salvar. La gente se agolpaba como ratas en los refugios antiaéreos, en las estaciones de metro, con mantas, y lo imprescindibles que habían podido coger de casa.
Muchos quedaban paralizados por el pánico. Los niños se escapaban y subían a las azoteas para ver el espectáculo del cielo, los bombardeos, las explosiones, el humo, el fuego, los reflectores, los ataques de los antiaéreos, era la guerra en directo.
3 días de máximo horror en Barcelona
El 16 de marzo de 1938, esa misma noche, Mussolini ordenaba a la aviación italiana con base en Mallorca que detuviera todas las operaciones en marcha y se concentrara en bombardear Barcelona.
Fueron los ataques más terroríficos y mortiferos de toda la guerra. El 17 de marzo, a las dos de la tarde, cinco aviones italianos se precipitaban en formación de flecha sobre la zona más céntrica de Barcelona: Balmes, rambla de Catalunya, Enric Granados y el edificio de la Universidad.
El pequeño antiaéreo de la Universidad abrió fuego. Los aviones soltaron las bombas a lo largo de la Gran Via. Después dieron la vuelta y se fueron. Todo ocurrió en tres minutos. Pero se escuchó una explosión enorme. Entre polvo y humo se vio la magnitud de la hecatombe.
Los edificios de montaña de la Gran Via cayeron casi todos. De muchos edificios sólo quedó su carcasa. El cine Coliseum no recibió demasiado, extrañamente. En el lado mar todas las fachadas estaban en el suelo excepto dos, que todavía están ahí.
La Gran Via era un cúmulo de escombros, muebles y balcones que habían sepultado vehículos, tranvías y docenas de cadáveres. La tragedia se había multiplicado a causa de un camión que trasladaba cuatro toneladas de natamita, un explosivo muy potente, que había sido tocado por una de las bombas.
El vehículo, ocupantes y un buen número de peatones se habían volatilizado. Los ataques aéreos fueron sucediéndose a intervalos. Trece ataques aéreos realizados entre las 22:08 horas del día 16 y las 15:07 del día 18.
El barro de tus calles, oh, Barcelona, está embarrado de sangre
Joan Maragall
Por primera vez en la historia, una ciudad de más de un millón de habitantes era sometida a tal agresión. Murieron más de un millar de personas. Fueron destruidos totalmente 48 edificios, y otros 75 sufrieron graves desperfectos. Aquel bombardeo desató el pánico y su eco llegó a la opinión pública de todo el mundo.
Nada semejante escala se había conocido hasta ahora
embajador estadounidense
Los bombardeos de Barcelona, algo horrible que nunca olvidaré
Nehru, jefe del congreso hindú y mano derecha de Gandhi
Tanto impacto hicieron los bombardeos en la opinión internacional que Winston Churchill, el 18 de junio de 1940, en plena batalla de Inglaterra, cuando el terror por los bombardeos alemanes era también extremo, puso por ejemplo el coraje de los habitantes de Barcelona y manifestó en un discurso:
Winston Churchill
«No quiero infravalorar la severidad del castigo que cae sobre nosotros, pero confío en que nuestros conciudadanos serán capaces de resistir, como lo hizo el valiente pueblo de Barcelona».
En cambio, el principal responsable, Mussolini, se jactó de que los italianos estuvieran horrorizando el mundo con su agresividad, en lugar de encantarles con la guitarra.
Barcelona sufre las consecuencias
En total murieron alrededor de 3000 personas y 1.500 edificios fueron golpeados por las bombas. El puerto quedó dañado y la Barceloneta fue prácticamente destruida y evacuada. Era el segundo barrio arrasado en la historia de Barcelona, después del de la Ribera durante la Guerra de Sucesión. La retaguardia de la guerra, agravada por los bombardeos, fue durísima. Uno de los indicadores de la epidemia de hambre que sufrían las ciudades catalanas fue el aumento de perros vagabundos, abandonados porque los dueños no podían alimentarlos.
Y la desaparición de gatos, que de la noche a la mañana se convirtieron en conejos. Cataluña recibió un millón de refugiados. El hambre incrementó muchísimo la mortalidad infantil.
Los obesos perdían hasta el 40% del peso. La activa solidaridad de los cuáqueros, que hicieron envíos importantes de leche en polvo para los niños, salvó probablemente a muchas criaturas catalanas.