No son pocos los artistas coetáneos que han caído en la sombra ante la potente vorágine del prestigio de Antoni Gaudí, y estas farolas del Passeig de Gràcia de Barcelona son la mayor representación de ello. Pues son ni más ni menos de Josep Falqués i Urpí, arquitecto municipal de la ciudad, realizadas en 1906.
Son 32 banco-farolas con el clásico «trencadís» del modernismo catalán en el banco, y la farola de hierro forjado con el característico ‘coup de fouet‘. Siguen siendo emblemáticas a día de hoy, ornamentando la que desde 2014 es la via comercial de España por la que pasean más viandantes.
Una creación más moderna, inspiradas en la obra de Falqués, son los bancos instalados alrededor de los arboles de Paseo de Gracia.
Las puertas de las banco-farolas ¿con estufa?
Tenemos claro que se necesita imaginación para el diseño de las banco-farolas de Paseo de Gracia, pero hay quien va más allá y abusa de imaginación atribuyendo lo que no es. Otra confusión común a día de hoy es sobre el uso que tenían las puertas metálicas de los bancos, y hay quien dice que fueron estufas de carbón para calentar los bancos… Pero esa leyenda sentimos garantizar que es falsa. Dichas puertas no son más que para realizar el mantenimiento de las farolas.
Sin embargo, un chiste de la época en la revista del Cu-Cut! ya hizo referencia al parecido de las puertas de los bancos a las de un horno, diciendo que los ciudadanos podrán hornear lo que necesiten cuando paseen por aquí.
Más Pere Falqués… En territorio Gaudí!
Para colmo en relación a la confusión con la autoria de las banco-farolas, es que las también característics farolas de la Avenida Gaudí, son, una vez más, obra de Falqués, que como podéis ver, también rebosan de belleza. Y cuentan incluso con su historia personal, pues estas 6 unidades se diseñaron para colocarlas en la confluencia del Paseo de Gracia con la Avenida Diagonal, «la plaza del Cinc d’Oros» en aquel momento de 1906, llamada así debido a las cinco aceras que confluían en dicha intersección. Y por cierto, para estas farolas Falqués colaboró con artistas artesanos con los que ya había trabajado en la Casa Amatller de Puig i Cadafalch en la Manzana de la Discordia de Barcelona.
Pero a pesar de su belleza, se retiraron en 1957 para mejorar el flujo de vehículos y quedar ‘ocultas’ en el almacén municipal de la calle Wellington. Redescubiertas en 1985, se recolocaron en la ubicación actual, haciendo de lazo entre una Sagrada Familia y Hospital de Sant Pau para no perder un ápice de modernismo en el trayecto.