Mujeres en la historia: Juana ‘La Loca’

Doña Juana de Castilla y Aragón (1479 – 1555) fue (y es) una figura histórica repleta de claroscuros, eclipsada entre sus dos más cercanos y ambiciosos hombres como fueron su padre Fernando II el Católico, su hijo Carlos I, y su maridito el Hermoso Felipe.

Su locura, cada vez más puesta en duda, ya contaba con defensores en vida que proclamaban que era una cortina inventiva que ocultaba las ansias de poder de su padre, marido e hijo por tal de eclipsar a Juana, estandarte de entre las mujeres de la historia.

Antes de entrar en los asuntos de su vida, vamos a analizar los hechos posteriores a esta y la potencia del arte y las nomenclaturas como método de comunicación, y la poderosa imagen mental que este genera; y es que desde hace cien años que todos pasamos en nuestros colegios por ver la obra del aragonés Pradilla, en la que representa a Juana, de expresión enajenada y mirada lúgubre cubierta de paños negros batidos (algo muy reciente en el luto de la época).

Doña Juana «La Loca». Francisco Pradilla. Museo del Prado

Por otro lado, respecto a ‘las Nomenclaturas’, abro aquí la reflexión de la injusticia iconográfica que ha de soportar nuestra protagonista de que su #@$% marido, haya sido apodado como <<El Hermoso>>, como si ella no lo fuere. Y es que, la documentación coetánea que nos ha quedado, nos da mayores garantías de que la realmente hermosa era esta mujer histórica.

Adentrándonos ya en la vida de Juana, ella se situa como la tercera hermana de los hijos de los Reyes Católicos, por lo que no se prevé en ella ninguna educación de «estado» y «gobierno» pero sí de calidad y cortesana, denotando buenas habilidades, pues dominaba el francés y el latín, y tocaba además varios instrumentos musicales. Y a pesar de haber expresado su voluntad de ser monja, con 16 años es enviada a tierras flamencas, pues ya se ha decidido su futuro junto a un príncipe Felipe, hijo del Emperador Maximiliano.

Retrato primero por Juan de Flandes, se aprecia una vestimenta más recatado propio de la Corte Castellana de la época
Segundo retrato por Juan de Flandes, en la que se ve de aspecto influenciado por la Corte de Borgoña

Juana, ‘facturada’ a los Países Bajos

Todo apunta a que ese frío envío hacia tierras flamencas a tan joven edad cual mercancía fue el primer golpe de carencia afectiva que le llevaría a desarrollar sus brotes, que todo apunta a que fuesen esquizofrénicos, según análisis de psiquiatras actuales. Dichos episodios saltan en un paciente predispuesto a ello cuando sucede algún hecho detonante que activa cual botón pulsador los estados mentales descontrolados… Y la vida de la pobre Juana está repletos de dedos pulsando ese botón.

No me lanzaré a afirmar (500 años más tarde) que Juana estuviese en plenas capacidades para gobernar (aunque reyes no menos dementes con delirantes episodios han pasado después por el mismo trono: Véase Felipe V, el melancólico, que en ocasiones de ‘ataques de vergüenza’ atendía al consejo de ministros detrás de una cortina, incluso su mujer contrató al mismísimo Farinelli para que tocase en su palacio regularmente para curar así «su tormento»), pero es que lo que no debemos olvidar es que Juana estuvo recluida 49 largos años en Tordesillas, por lo que el gigante abanico de opciones entre reinar y reclusión parece ser que no lo valoraron.

Este caso además conlleva una victima olvidadísima, pues Juana vivía con los dos hijos menores, Fernando y Catalina. En una de las visitas que le hizo su padre Fernando El Católico, se llevó a Fernando (nieto) para empezar a adiestrarle en el arte de gobierno, lo que ocasionó nuevamente episodios de locura de Juana, dejando de comer y cometiendo actos sinsentido.

Referente a la injusticia de las nomenclaturas, cabe destacar que el posterior rey Felipe V, con similar estado mental, fue llamado el Melancólico, una denominación bastante más ligera y favorecida para la que merece en contraposición al burdo y asalvajado «La Loca» de Juana

👩‍👧‍👦Víctimas colaterales👩‍👧‍👦

Y quedaba allí la hija menor, Catalina, ¡no menos recluida!, que en cuanto llegó Carlos, hijo de Juana y hermana de Catalina, provocó el mismo acto que su abuelo Fernando, se llevó a Catalina para que viese algo más allá de Tordesillas, provocando nuevamente en Juana episodios inestables.

Catalina de Austria
Fernando de Austria

Y aunque Fernando nieto estuvo hasta los últimos días al cargo de su abuelo (ya que Fernando parece ser que lo valoraba como heredero de la Corona de Aragón, puesto que Carlos no dejaba de ser un flamenco de Habsburgo criado en el extranjero), y acabó como emperador de Alemania sucesor de su hermano. La misma suerte no correría Catalina, que al poco tiempo de ser «raptada» por Carlos en 1517, tuvo que devolvérsela a su madre y continuar viendo el mundo desde las rejas de la ventana. Tenia en aquel momento 11 años, de los cuales 9 los había pasado en Tordesillas.
Después de esta infeliz infancia, Carlos la ‘compensa’ en matrimonio con la mejor casa de Europa, el Reino de Portugal de Juan III, hijo del Rey Manuel el Afortunado.

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